Y si hoy las voces se alejaran de mi mente...

Volví a usar aquellas máscaras que tanto detestaba. De infinítos colores y formas, una para cada ocasión. El error estuvo en creer que mi cuerpo y mi alma las aceptarían una vez más, como si el tiempo por pasado no hubiese transcurrido en absoluto. Escuchaba voces que me decían que hacer o cómo actuar. Los antifaces iban cobrando vida dejando atrás a mi verdadero ser, a mi sentir. Sin darme cuenta volvía a ser ese objeto producto de mi imaginación, alguien que simula ser algo.
Nadie enseña a vivir... No hay un libro con reglas. Los obstáculos aparecen y cada uno toma riendas en el asunto, creyendo actuar de la mejor manera...
Mi manera: Escuchando al resto... Dando cada paso no sin antes analizar cómo me verá el mundo exterior...Creyendo que cada uno de estos pasos me haciá inmune, inerte, FUERTE.
¿Pero cuál es el caso si esa no es la realidad misma sino un fantasma de algo que quiere ser?
Cuando hablo con sinceridad con mi psicóloga, todos mis miedos y sentimientos salen a la luz. Esos que oculto por el que dirán... Para no parecer débil, enamoradiza, tonta. Pero...si no lo soy.
No debo creerme tonta por demostrar lo que siento. Por querer amar. Tampoco soy débil porque afronto las piedras que la vida me pone en el camino... me caigo y me levanto. Nunca fui enamoradiza y nunca lo seré. Determinadas personas impactan de tal manera en mi vida que hacen que les tome cariño, afecto, amor. SIENTO y no es malo.
B a s t a de ocultar mis sentimientos. Estar feliz es parte de la vida. Estar triste también lo es. Por eso mismo, no volveré a enfrascarme. Mi corazón sufrirá heridas una y otra vez, pero no por eso dejará de sentir. No soy una persona autosuficiente y me alegra saberlo.