Nada es más perfecto que mi ALMA entre tus SOLES

domingo, 1 de agosto de 2010

Me voy

La corriente humedeció el camino sin notar que el frío se acercaba. El invierno la transformó en un hielo inquebrantable. No era agua salada, sino dulce y desperdiciada.
La oscuridad acechó el cielo, cubriéndolo de nubes. Grises y poderosas. Temporales, envolvieron a las estrellas, llevándoselas lejos. Hoy la noche no está iluminada. La luna dejó de brillar, sin compañía alguna su resplandor no florece.
El camino se volvió oscuro. Las flores se marchitan y los árboles pierden sus hojas. Las dejan caer. No hay luz. Simplemente llegó el invierno.

Te espero, primavera.

Te vas, me voy. Y mientras tanto yo te espero sentada.