Dulce querido te preocupas demasiado. Mi niño, veo la tristeza en tus ojos. No estás solo en esta vida a pesar de que pienses que lo estás.
Lo siento, tu mundo se viene abajo. Yo te miraré todas las noches. Incliná tu cabeza y duerme. Porque mi niño, este no es nuestro adiós.
Este no es nuestro adiós
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