Definitivamente tengo que llegar a vos para descargarme, o simplemente hacer catarsis., Es muy peligroso andar por la vida publicando, ni más ni menos, que la vida misma.
En fin. Entre enojos y desengaños, se tejen las telas de mi enmarañada situación. Quizás no tan compleja sino desde mi perspectiva. El punto de fuga del que salen mis pensamientos van más allá de lo que siento. Puedo decir, puedo hacer. Pero sin más preámbulos, acabo siguiendo a mi corazón. Me pregunto a veces porque uso tanto ese término: "sigo a mi corazón". Biológicamente, no es más que un órgano. Importante, no hay discusión, pero NO capaz de manejarme. Decidir a quien quiero. A quien no. Pff, es un tema complicado. Así que seguiré llamando corazón a ese motor que marca mi camino.
No te quiero. Te quiero. Ya no más. Me lastimaste. Te borro. CHAU.
Y volvés a aparecer.
Te veo. Te siento. Lloro con vos. No estoy segura de la sinceridad de tus palabras, pero al escucharte hablar, el muro que construí se desmoronó. Completamente.
No me quedó más que abrazarte. Besarte. Mirarte a los ojos y decirte cuánto te amo.
Esta vez fuiste vos el que volviste. Con un simple: Te quiero ver, cambiaste mi mundo. Me sentí más viva.
Escucharte decir: quiero volver a empezar, te necesito, te amo. Recreo ese momento en mi mente cada segundo...
Y tal vez vos y yo, juntos, no seamos el uno para el otro.
Separados, nos extrañamos.
Juntos, chocamos.
Pero lo único que sé, es que al vernos nos amamos.
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