El sol brilla en lo alto mientras los pájaros cantan. Los escucho desde mi lugar. Observo sus movimientos, su independencia. Claramente no tienen nada. La naturaleza los abriga con su calor natural. Pueden volar. Son libres.
Mi existencia inconstruible. Buscando más, para tener menos. Ocultándome tras un bien, algo inexistente. Un bolso, zapatos, cosas sin significado. Construyendo una imagen de cartón, derrumbada por algún huracán. Vuelta a construir desde las cenizas. Sin muchas variaciones, casi con los mismos personajes. Como en el ajedrez, algunos peones desaparecen, las torres se derrumban y la reina me hace ganar algunas fichas adicionales. Pero el juego termina, el telón cae y la realidad se hace presente. El escenario ficticio desaparece.
La incansable pregunta de si seré yo el problema radical ahonda en mis pensamientos hasta creer que nunca debí bajar los brazos. Me levanté aireada, me vi superada. Hoy se que siempre estuve allí, derrotada por mis propios defectos, acobardada por enfrentar la vida, huyendo del pasado sin intentar combatirlo. Pisando los mismos escalones, transitando un camino paralelo.
Soy feliz con muy poco, un árbol y alguien a qien qerer. Mis errores, mi abstracción, el deseo de superación, la máscara de mil colores... no veo, no oigo. Las cartas ya están tiradas y no elegí las correctas- no para mi. UNA VEZ MÁS.
Y entonces lloro. Por mi. Por lo qe imaginé qe sería y por la tristeza qe me causa ser lo qe soy.
Qiero ser libre y volar.
