Simplemente, no entiendo algunas cosas. A veces me río de mi propia situación, imaginando una nube gris, llena de agua a punto de estallar encima de mi cabeza. Esa tormenta que sólo acecha a mi persona, ni más ni menos, causada por algún rito malvado de algún envidioso.
No creo que así sea. Los males que tengo son los males que creo. Mi vida sería tranquila, tiene todas las características para serlo. Pero me gusta enredarme en historias con finales infelices, y a veces sin desenlace. Finales que nunca llegan.
Estoy enojada conmigo misma, por no saber decir que no. NO PODER. Mis sentimientos reaccionan ante que mis pensamientos y ya no soy dueña de mi racionalidad. De hecho, hace tiempo que se esfumó. Inmersa en un círculo vicioso. No termina, frena. Continúa y vuelve a parar. Sin cambiar el camino, sin desviarse, siempre con el mismo rumbo.
Me siento tan triste, tan insatisfecha e infeliz. No entiendo porqué me pasa a mi. Porqué no puedo tener a la persona que amo, porqué no puedo ser feliz con él.
Ayer me dijo adiós, una vez más-. Ilusionada y con el corazón roto en mil pedazos, sigo en el suelo. Y hoy me cuesta levantarme.
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